De repente, las pequeñas
llamas azules que danzaban sobre las velas, que se desparramaban, sobre
el improvisado altar; se apagaron. Halmeth se quedó en la más absoluta
oscuridad.
-Mierda. ¿Ahora
esto? – Masculló mientras se apretaba las vendas que se había puesto alrededor
del antebrazo, se trataba de un vendaje hecho con ropa roñosa que había encontrado
en aquella cripta, antes de que todo se hubiese ido a la mierda….
Unos pesados y
arrastrados pasos le sacaron de sus pensamientos. Había alguien más, al otro lado de la maciza puerta de roble que
daba a la calle pavimentada. ¿Sería amigo?
Se acercó y pegó la
oreja, lo máximo que pudo, intentando escuchar y percibir cualquier tipo de “vida”
al otro lado. Se dio cuenta entonces de que estaba respirando muy rápido, e
incluso de manera un tanto ruidosa. Intentó concentrarse, calmarse y respirar más lentamente.
Otra vez los
pasos, en esta ocasión, se había percatado que ya se trataban de varios de ellos.
No había duda,
esos engendros lo habían encontrado y ahora se estaban agrupando al otro lado
de la puerta, silenciosos. Esperando las órdenes de su señor, El Nigromante.
Halmeth desenvainó, dispuesto a vender cara su vida.
Buenas a tod@s, la
de hoy va a ser una entrada breve, simplemente para colocar unas fotillos de
las últimas cosillas que he pintado.
Como ya
recordaréis en mi anterior entrada, estoy pintando miniaturas de fantasía muy
genérica, y sobretodo, muy barata, para cualquier juego que se nos ocurra.
En dicha entrada
os hablé un poco de los que iban a ser los Héroes de la historia (bueno,
todavía me falta otra remesa, pero ya os la enseñaré más adelante). Por
supuesto, para que exista un Héroe ha de existir una Amenaza, y de esto va hoy.
El Nigromante
Su nombre
original es Thorio Barangar, se trata del hijo pequeño de una familia de
mediocres y no muy influyentes mercaderes. Los antepasados de su familia habían
huido de la Ciudad de Gramesburgo, tiempo atrás, perseguidos por los Cazadores
de Brujas. Por supuesto, de todo esto se enteró Thorio cuando accidentalmente
se topó con una vasija con los restos de uno de sus ancestros, donde había
encerrado una maligna entidad llamada La Sombra Escarlata.
Al estúpido joven
no se le ocurrió otra cosa que creerse todas esas promesas de poder y accedió
rápidamente ha hacer un Pacto. Desgraciadamente ahora ya es demasiado tarde
para lamentarlo. Ahora Thorio es un viejo macilento, y cuya cordura ya casi a
perdido, debido a los susurros del Demonio y el uso excesivo de sus Artes Oscuras.
No se puede negar
que la suerte le ha sonreído hace poco, y se topó en mitad de una trifulca entre
dos barones, gracias a ello ha encontrado “materia” para forjarse su pequeño
ejército personal.
Más malvados para el vicio..qur no pare la fiesta no muerta
ResponderEliminarMolan. Lo que me recuerda la constancia que no tengo XD
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