[Sr. Marrón] Oathmark: Almhorzar: Final de una Era, llegada de un Nuevo Ciclo.

En algún lugar, a los pies del Altiplano de Zhar.

El pony husmeaba la hierba fresca, antes de arrancar una buena mata, y masticarla como si de un abuelo sin dentadura se tratase. A su lado, Eugenio Le Jarque, se estaba arreglando el pelo, mirando
su reflejo, en un pequeño espejo de viaje. 

Hacía ya semanas que su gloriosa campaña militar sólo le había dado disgustos, estaban cansados, hambrientos y apestosos, y para colmo, una maldita flecha del enemigo le había dejado una pequeña cicatriz en el mentón. Seguramente lo podría disimular dejándose la barba.... por favor, ¡¿Dejarse barba como un pordiosero?!

Afortunadamente, parecía que la Asamblea había ordenado que los ejércitos volviesen a casa, y ahora se encontraban en la frontera con unas tierras llamadas.. ¿Esguinken? algo así le habían dicho los guerreros del Clan Lobo.

Un ruido a su izquierda le hizo girarse, el característico y familiar ruido atronador de la caballería porcina...

- Mi señor, debería de venir, han llegado unos emisarios de Schweiken.

- ¿Otro de esos jinetes?

- Estos son diferentes, van en caballos con alas

- ¿Desde cuando los caballos tienen alas?

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La espada trazó velozmente una trayectoria, decapitando al enésimo hombre rata. Folgencio Litosa, se aposto en el muro de piedra, para recuperar el aliento. El resto de sus compañeros estaban luchando, el aire estaba lleno de los choques de metal, y de los gritos y alaridos de ambos bandos. No era momento para descansar. Sacó una rosquilla (hecha migajas) y se la metió en la boca. No estaba en su punto, pero ese subidón de azúcar le hizo recuperar una parte de sus energías, y cargó para ayudar a uno de sus compañeros.

Folgencio, atravesó el pecho de otro hombre rata, parte de la sangre le salpicó en la cara. Haciendo

una mueca de gran disgusto. Se limpió como pudo con la muñeca, y siguió dando cortes y estocadas allí y allá, comenzaba a cansársele el brazo, entonces sintió una punzada de dolor en el abdomen...

- SUCIO-SUCIO, MUERE - uno  de los hombres rata le había alcanzado con una de sus filos oxidados, atacándolo por la espalda.

El soldado mediano giró y le cortó un trozo de oreja, éste emitió un chillido y retrocedió, en ese momento, el hombre rata  recibió un hachazo en la nuca, por parte de uno de los Guerreros del Clan Lobo. Habían conseguido llegar hasta la ubicación donde Folgencio y los demás estaban aguantando valientemente.

El pobre mediano estaba perdiendo sangre y notó como poco a poco su visión se volvía más borrosa y se apagaba, pudo ver que en la sala entraban las enormes e inconfundibles formas de los Guerreros Ogro de Asalto.

Entonces todo se oscureció, y perdió el conocimiento.

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Sir Wallagh y sus dos jinetes pudieron ver las formas inconfundibles de los ropajes sucios y de colores enfermizos de los guerreros ratínidos en las almenas, luchando con lo que quedaba de la guarnición de Tor-Borana, a sus pies, las cansadas fuerzas del ejército Expedicionario de Almhorzar habían llegado a sus puertas, pero parecía que nadie les iba a abrir, era el momento que los Gallardos Caballeros Alados de Strausen demostrasen su poderío.

Wallagh hizo gesto con la mano de preparar las maniobras de ataque de pasada, luego susurró amables palabras a su pegaso, y se lanzaron a la carga.

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Morgar Masticatrucas, estaba muy enfadado, esos malditos guerreros rata le habían infligido varios cortes y le dolían, por supuesto, para un Oghru como él, no eran nada, y aquí y allá los apartaba como moscas, y trituraba sus cabezas con sus pesadas botas. Abriendo paso para que el resto de los medianos pudiesen llegar y accionar las puertas de la fortaleza, para que entrasen los aliados que estaban fuera.

El gigantesco Ogro sangraba por varias heridas, pero se encontraba en un estado de trance de batalla, enfurecido, rugiendo y desmembrando hombres rata con sus manos, boca o piernas, ya que había perdido su hacha hacía ya un rato, y estaba dejando una enorme brecha entre aquella oleada de sucios y peludos cuerpos.

- NO DEJEIS QUE LLEGUEN

¿Esas malditas ratas sabían hablar? Encima, de la oleada marrón,  encaramado a en un sobresaliente de piedra, había uno de ellos con una armadura completa, y tenía aspecto de líder, y llevaba un extraño bastón que parecía montar por partes, a toda prisa.

Morgar pensó "parece el jefe", así que cogió a varios de esos apestosos y se los lanzó, pero el maldito se las arregló para esquivarlos mientras seguía en lo suyo.  Lo único que consiguió es decorar la pared con sangre y vísceras de los hombres rata. Bastante frustrado, rugió.

Entonces el que parecía el líder de ellos, le apuntó con el extraño bastón, y se oyó una gigantesca detonación, y parte de la cara del ogro desapareció en una lluvia de carne, hueso y sangre.

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Skarkirk gritó triunfante, el grandote había caído, iba a ser una historia gloriosa, él había acabado en persona con uno de esos ogros, seguro que a la vuelta le darían grandes honores, y entonces podría desafiar a Krikitt, lo vencería y el podría ser el nuevo jefe de la Manada....

Sus gloriosas fantasías se rompieron cuando una piedra pasó cerca de su cara,  "Nos están disparando"

El caos y la destrucción provocada por el ogro, había dejado espacio para que los pequeñajos pudiesen cargar sus hondas, y ahora sus guerreros estaban muriendo a decenas. ¡No era justo!

- AVANZAD, AVANZAD

Los guerreros cargaron, pero con escaso ímpetu, ya que quedaban pocos.  Sólo quedaba la retirada, pero ya era demasiado tarde, Skarkirk pudo comprobar lo mortales que podrían ser las pedradas de la Guardia de Tor-Borana.

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En ese aciago día, gracias a los sacrificios de hombres, ogros y medianos, la fortaleza de Tor-Borana no cayó.

Ese día también, la Asamblea de Familias y Clanes conoció a una nueva amenaza, los Ratínidos,  que habían atacado desde lo más profundo de la tierra; pero también, ese día conocieron a nuevos aliados, la gente del Ducado de Gufinland.

La verdad es que tenía ganas de volver con mi querido Imperio de Almhorzar, al menos para darles un cierre de campaña, aunque no por ello no quiera decir que no vayamos a ver más historias de ellos.

Hagamos un poco de recapitulación de la campaña, la verdad es que el envío de fuerzas expedicionarias para conquistar nuevos territorios o para encontrar la Piedra Verde, no ha sido nada exitoso. Pese a tener bastante victorias y añadir algún que otro territorio al reino, muchas de las ventajas que sacaba al hacer las batallas, las utilizaba para "echar" algún que otro invasor. Y por supuesto, de la Piedra Verde, ni rastro. 

Evidentemente, este goteo de bajas comenzó a generar malestar, y las gloriosas palabras de Leucadio I que había conseguido convencer a la Asamblea, se difuminaron y comenzaron las discusiones. Poco a poco, el Tharn de la Cuaderna del Este fue perdiendo influencia, hasta el punto de recibir fuertes oposiciones a sus ideas. La sangre pesa más que las aspiraciones expansionistas.

Actualmente, la familia Le Jarque ha sido vetada del consejo, y va a pasar mucho tiempo para que se les vuelva a hacer caso, pese a seguir teniendo sus riquezas, su imagen pública ha quedado bastante dañada. La única excepción parece que es Eugenio, quien se ha ganado la estima de sus soldados, gracias a sus hazañas y acciones en la campaña, y sobre todo, por volver vivo, porque no se esperaba demasiado de él.

Finalmente, esto ha acabado en una orden de retirada de tropas y en negociaciones con un nuevo aliado, con el que hasta ahora tenían una relación de neutralidad, porque la Asamblea ha visto que el antiguo reino de Brauron se ha convertido en una Confederación de Ducados y ahora es más fácil tratar con ellos, incluso recuperar el contacto con algunas comunidades de medianos que viven en el Ducado de Rheinland.

Esta campaña militar ha servido para que el pueblo de Almhorzar recordase lo que es la Guerra y también de lo que son capaces, para lo bueno y lo malo. Como sociedad, les ha hecho darse cuenta de la suerte que han tenido hasta ahora, por la excelente localización de su reino.

Pero no penséis para nada, que este reino de simpáticos Medianos termina aquí su historia, no, le esperan grandes cosas, tristes historias, pero también hazañas gloriosas. 

También en este relato ha servido para presentar un poco los próximos proyectos para Oathmark.