lunes, 13 de junio de 2022

[Oathmark] Crónica del reino de Belegrost, parte I. La taberna.

 

Bien, vamos con la crónica que faltaba... ¿Quienes son estos enanos? ¿Tienen rodillas? ¿Son solo barba y armadura? 

Al más puro estilo hollywoodiense, vamos con una historia del Sr Rubio basado en una idea original del Sr Blanco. 

Coged palomitas, poned el teléfono en modo avión para que nadie os moleste y preparaos para leer la...

Historia de la enana que pudo reinar.

Era una noche oscura. Inhóspita. Fría, incluso. Solo los más valientes (o los más borrachos) de los enanos se atrevían a estar en el exterior. Los copos de nieve que caían amortiguaban los sonidos provenientes de los hogares enanos. Todos, salvo los ruidos de la taberna. Allí, los balidos de las cabras se juntaban con los rebuznos de sus dueños que, ebrios, no paraban de cantar viejas canciones de taberna sobre el oro. 

Acerquémonos, a fin de resguardarnos nosotros también del frío. Si el vino es igual de bueno que esas canciones, será mejor para nosotros pedir un plato de sopa caliente... Allí, en la esquina, está el héroe de esta historia. ¿Qué como lo sé?  Debéis fijaros en los detalles. 

Enanos comentando tranquilamente sobre la política exterior del reino

Es ese enano que está derrotando a toda la guardia caprina en un concurso de bebida. Fijaos en la cantidad de vasos de grog vacíos que tiene a su lado. Fijaos como su pulso sigue firme. Fijaos en esas anchas espaldas, cubierta por unas pieles de oso de Averland. Fijaos en su melena, digna de los dioses. Fijaos en su mentón, suave y respingón. Fijaos en sus mejilla sonrosadas. Fijaos en sus pechos, capaces de amamantar a una camada entera de lobeznos en un frío invierno. Fijaos en...

Espera, ¿qué? ¿No hay barba? ¿Pechos enormes? Nuestro héroe es... ¿una heroína? ¿Pero esto que es? ¿Una serie de Netflix? En fin, esperemos a ver... recordemos que el autor creció en los 80, así que esperemos que esta enana se parezca más a Ripley o Leia que a una elfa enamoradiza o a una capitana de la guardia real del sXXI

Parece ser que nuestra heroína está hablando. Escuchemos que tiene que decir...

- Vamos, Skralg, ríndete ya... Está claro que no vas a poder acabarte el séptimo vaso, y mañana te necesito en forma para poder patrullar. ¿O lo hacemos al mejor de 3, y el que pierda tiene que patrullar encima del dirigible sin ropa?

Ah, sabias palabras... Está claro que nuestro héroe heroína conoce a su gente. Ante un reto así, lo más sensato es aceptar la derrota, recogerse hacia el calor del hogar y...

- AC-hip!-ACEPTO!! Me gust-gustaría ver como te pro-HIP-proteges del frío allí arriba sin barba, capitana. - contestó Skralg.

Vale, me rindo. Esta guardia caprina son, o bien los más valientes de todos los enanos, o bien los más estúpidos. O puede que ambas cosas. En fin, a ver como acaba esto...

Guardia Caprina de Belgerost, con su método patentado para pasar la resaca

Antes de que pudiera contestar, Thorgrim el viejo (llamado así por tener la barba blanca desde los 15 años) entró como un vendaval en la taberna. El Herrero Rúnico rápidamente se abrió paso hasta nuestra sorprendida heroína; poca gente (ni aún los más borrachos) querían ponerse en medio del paso de uno de los guardianes de las tradiciones. No es sabio enfadar a quien puede convertirte en un du'hof sin pestañear. 

- Majestad, debemos irnos. El dirigible está preparado, y vuestra guardia real dispuesta. La guardia caprina protegerá este sitio, pero vos debéis estar a salvo. 

- ¡¡Thorgrim, viejo amigo!! Ahora no puedo irme. Verás, me he apostado con Skralg que el perdedor de esta ronda mañana hará la patrulla desnudo en lo alto del dirigible, y no pienso perderme el espectáculo de este barbarala en... Espera. ¿CÓMO me has llamado? 

- Madre de todos, las explicaciones las recibirá más tarde, pero ahora mismo es primordial su seguridad. Guardias, por favor acompañen a su majestad al dirigible. 

La guardia personal del Thane Ber-Durfur, rey de los enanos de Belgerost, Padre de Todos pero (sobre todo) padre de Gertha, capitana de la guardia caprina de Bar Kholdur, se acercó a ella con intención de arrastrarla  acompañarla a la puerta. 

- Espera... ¿qué? ¡Dejadme! - con una sacudida, Gertha se liberó del agarre del guardia y se aproximó a su amigo. Todo rastro de la borrachera había desaparecido, sustituida por un dolor profundo en su corazón. - Thorgrim, vas a explicarme ahora mismo que ha pasado o no me voy a ningún sitio contigo. Y estos - dijo, señalando a su guardia caprina - me apoyaran sin dudarlo, aunque eso implique meterse en una pelea con la Guardia Real. 

Vale, esto se pone interesante... No esperaba que la capitana de la Guardia Caprina se derrumbara ante las noticias, pero tampoco que estuviera dispuesta a empezar una pelea de bar. Voy a ir por palomitas, que esto promete...

Capitana Gertha, óleo sobre lienzo

Thorgrim miró hacia las filas de los compañeros y compañeras de Gertha. Aunque evidentemente borrachos, aún tambaleándose y apoyándose unos en otros, sus miradas lo decían todo: nadie toca a la capitana. Con un suspiro, atusándose su larga barba (símbolo de su cargo, entre otras cosas), Thorgrim hizo un gesto a la guardia real. Sentándose, sintiéndose viejo, muy viejo, empezó a hablar, en voz baja, casi susurrando. 

- Gertha, tu padre ha muerto. ¿Sabes todos esos rumores sobre Dakkirinni? Tu padre y tu hermana fueron hacia la frontera, a investigar qué había de cierto en esos rumores. Todos insistimos en que tu hermana, como Princesa y heredera del trono, debía quedarse aquí, pero ella insistió. Decía que la mejor manera de demostrar al pueblo que todas estas historias sobre Daks eran sólo rumores era con una demostración de poder. Porque... ¿no pasa nada pero dejas a la heredera al trono en palacio por si acaso? En fin, al final tu padre accedió, como siempre. 

Gertha asintió. Todo esto lo sabía, por supuesto, y sí, Padre nunca había podido negarle nada a su hermana Gilberha. Gil se parecía mucho a Madre...

- El caso es que... no son rumores, Gertha. No son rumores. Cerca de la frontera fueron atacados y tu hermana Gil fue de las primeras en caer. Yo estaba en el centro de la columna, cerca del Thane, y lo vi todo. Lo vi todo, Gertha, pero no pude hacer nada. 

Una lágrima rebelde pugnaba por salir de los ojos del Herrero Rúnico. Gertha la vio, aunque hizo ver que no, y con una fiera mirada a su alrededor se aseguró de que nadie jamás se atreviera a mencionarlo. Todos sabían lo que sentía Thorgrim por Gil, después de todo. 

Princesa Gilberha, poco antes de ser arrastrada a la muerte por una horda de Daks

- El Thane también lo vio, pero hizo lo más sensato: preocuparse por todos los enanos, y no sólo por su hija caída. Nos refugiamos en un pequeño Kaz, cerca de la frontera con Nisdey. Allí, tu padre preparó la defensa, en el paso del Grifo Loco. Nos atacaron por todas partes. Estos Daks no sienten dolor, y venían por zonas donde no teníamos defensas. O se dejaban caer sobre nuestras hachas y lanzas, sin gritos, sin aspavientos, como si ya estuvieran muertos. Y tal vez lo estaban, Gertha, tal vez lo estaban... Porque esos daks eran enanos. Algunos tenían los colores del clan de Vig Khuldor. Otros tenían los colores de nuestro clan. Tu padre creyó ver a tu hermana entre la horda de daks y, pensando que estaba viva, encabezó el ataque para liberarla. Zâda, su martillo ancestral, refulgía como nunca, acabando con varios daks de cada golpe. Iba abriéndose camino hasta tu hermana, y nosotros detrás de él, cuando un derrumbe cerró parte del paso, dejando a tu padre y a su guardia aislados del resto del ejército. Los daks se abalanzaron hacia ellos, ocupando todo el espacio posible. Intentamos llegar hasta el Thane, pero era imposible. Él seguía luchando, pero cuando mi querida Gil se acercó hasta él, con sus ojos muertos y varias heridas abiertas que hacían imposible mantener la ilusión de que estaba viva... nos envió a todos de vuelta a la capital, para advertirte, para mantenerte a salvo. Para proteger el reino...

Gertha escuchó todo esto impertérrita, manteniendo la calma, como había hecho en batalla otras tantas veces. Los que la conocían bien, no obstante, podían ver que era todo fachada. La respiración superficial, las contracciones involuntarias de los músculos de sus brazos, el jugueteo con el anillo de su madre... 

- Una cosa más, Madre de Todos. Cuando nos retiramos, una figura alta apareció al otro lado del paso del Grifo Loco, y nos dijo que ese era su territorio ahora, que nos mantuviéramos alejados de las montañas. Gertha, la voz hablaba en élfico...

Vampiro elfo. No, mío no (1)

Buaaaa!!! Yo no estoy llorando; no, esto es sudor. Hace mucho calor en esta taberna, de repente, verdad? Dejemos solos de momento a la Madre de Todos y sus amigos, que lloren sus pérdidas. Volveremos con ellos pronto, para ver como la Capitana de la Guardia Caprina pasa de ser una loca despreocupada a una Reina de los pies a la cabeza. Porque es una heroína, y este es el material del que están hechos los héroes. 

(1) Este vampiro viene de aquí: http://www.puttyandpaint.com/projects/26776 Id a visitarlo, que mola. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario