jueves, 26 de mayo de 2022

[Sr. Marrón] Oathmark: Historia del Imperio de Almhorzar (parte 1)


El joven asistente se acercó con más amarillentas hojas, mientras intentaba no chocar con las pilas de libros y anotaciones que habían diseminadas por el suelo. El viejo Rottan Piesbellosos, se encontraba sentado frente a su escritorio, anotando con una delicada letra, todo lo referente a la crónica del Reino.

- Ah, Odolfo, perfecto.

El asistente le entregó las páginas vacías, que depositó sobre el resto, en un apartado en concreto del escritorio, donde había un soporte de madera improvisado con las palabras escritas de "Pah despueh"

- Bien, ahora me podrías traer algún tentempié, que ya es la hora del té.

Odolfo, asintió, y se marchó dirección a la cocina.

A solas, el viejo escriba, organizó sus notas, y prosiguió con la escritura de la Cronica:


- Origen del reino

Todavía no hemos encontrado referencia de los primeros colonos que se trasladaron aquí, pero sabemos que no éramos de estas tierras pobladas de Gigantes. Es muy posible que huimos hace siglos de alguna región de lo que ahora es el Maldito Reino de Nisdey.

Hay otra historia que cuenta que Irathia, la Diosa de la Naturaleza, les dio unas semillas mágicas a los Gigantes, o Athruth como se llaman a sí mismos, para que no pasaran hambre, y que de éstas, al plantarlas surgieron nuestro Pueblo.

Imaginad la cara que deberían poner cuando en vez de cosechas, esperando ver un rábano o cualquier otra hortaliza y en vez de ello, salieron hombrecitos pequeños, por supuesto, esta sorpresa resultó ser muy dantesca, porque seguramente, tal y como salíamos, los Gigantes nos devoraban.

Sea como sea, el primer encuentro de nosotros con los Athruth, no fue demasiado amistoso que digamos. Nos confundieron rápidamente con comida, y esto provocó que nos enfrentásemos. Ellos eran grandes y poderosos, pero nosotros sabíamos trabajar en grupo, teníamos inventiva, y éramos más listos. Afortunadamente, no duró demasiado y las bajas de ambos bandos no fueron demasiado grandes, sólo algunos chichones, insultos y poco más. Esto fue gracias a Faustino Hierbabuena, que consiguió firmar un acuerdo de paz con los Gigantes. En una relación que ha día de hoy, se ha convertido en una relación simbiótica. Nosotros cosechábamos sus tierras, tendríamos un hogar, y ellos no volverían a tener hambre.

1. Las tranquilas tierras de Almhozar

Vivimos en unas tierras fácilmente defendibles, tenemos montañas rocosas en el Norte, que nos hacen de frontera natural, el hecho de que nuestro reino se alce sobre un altiplano, y la existencia de los Athruth, y otras criaturas, siempre ha sido unos factores que disuadían a invasores, o incursiones hostiles, pero no siempre ha sido así.



2. La llegada del misterioso caballero andante

Parece ser que nuestros antepasados fueron avisados de un mal terrible que acechaba a nuestro reino, una figura harapienta montada en un famélico caballo llegó a la frontera. Debía ser un heroico y poderoso caballero, porque cuenta que se topó con uno de los Athruth, y lo derrotó, pero lo que no esperaba es que le cayese una lluvia de piedras y lo dejasen inconsciente. En cualquier otro caso, se hubiese entregado como merienda a los Gigantes, como a cualquier otro invasor, pero el jefe de la patrulla, el bueno de Lusino Tuk, vió una oportunidad para enterarse de lo que pasaba fuera del Reino.

El caballero resultó llamarse Le Jarque, y contó la historia de un mal terrible que asolaba la tierra, los


Sadari, unas criaturas que venían del Inframundo, medio demonios, medio muertos. Nos contó el terrible destino de su reino, y como estas criaturas lo habían arrasado. Nos contó que seguramente los siguientes seríamos nosotros. Lusino consultó a las Ranas Sabiondas (ya sabes, esos enormes batracios que bajo la luna gibosa sueltan profecías), y lo pudo corroborar. Era tiempo de prepararse para la Guerra, los Almhrocinos, nunca habíamos ido a la guerra, y estábamos divididos en Aldeas, teníamos que defendernos de ese peligro ¿qué pasaría?


3. La Guerra con los Sadari

Los Sadari atacaron con una ferocidad nunca vista, en las primeras horas lograron tomar Rocafría, arrasar la aldea más al Sureste, llamada Potinia;  los pocos supervivientes huyeron montaña arriba, aterrorizados, los Athruth tampoco parecía que los pudiesen parar, varios de estos valientes Gigantes cayeron y fueron devorados por los Sadari, o algo peor. 

Le Jarque, que ya se había recuperado, junto a jóvenes y valientes guerreros con cacerolas en el cuerpo apoyando desde la distancia, varios Gigantes que se habían cubierto el cuerpo con restos de carromatos a modo de armadura, lideraron un ataque envolvente contra el Invasor. Dándoles una pírrica victoria. Pero sabían que sólo había sido una fuerza de Exploración

Era evidente que para frenar a los Sadari se necesitaba algo más.


4. La Aventura de los 7 Héroes, El Descubrimiento de la Piedra Verde

Por primera vez se convocó a todos los representantes de las Aldeas, de las Familias de Gigantes, y otras criaturas. Se convocó a los Maestros del Caldo, que en una gran marmita, hicieron la Sopa Primordial, y leyeron el futuro en sus tropezones flotantes.

También se les preguntó a las Ranas Sabiondas, estas hablaron de un poderoso artefacto que estaba en tierras extranjeras, La Piedra Verde. Se acordó que un grupo de valientes partiría a buscarlo, mientras, el resto, deberían de organizarse según las indicaciones del Caballero Le Jarque. Tras ello el caballero se ofreció hacer de guía del resto de valientes y partir. A él se unieron Herando Tuk (hijo de Lusino, ya que este se quedaba organizando la defensa), el gigante Thoro el Impávido, el adivino Tom Buenalabra, y Bruselia Famaso por sus habilidades de tiradora y exploradora. Juntos partieron en la búsqueda de ese artefacto, según las indicaciones de los batracios y la sopa mística.

En su viaje se encontraron con muchas aventuras, de las cuales en este punto no hablaremos (ref. La Aventura de los 7), pero se ha de decir que en su viaje de encontrar este artefacto, salvaron a un Ogro llamado Arek el Apestoso, y se les unió junto a una guerrera elfa llamada Ëlara. Este variopinto grupo vivieron aventuras tremendas y emocionantes, de las que aquí no trataremos.


Mientras tanto, se estaba preparando la defensa, según las indicaciones del caballero Le Jarque, se levantaron sólidas empalizadas, practicaron con el arco, se organizaron en pelotones y se fabricaron armas y armaduras con lo que tenían a mano.

Entonces llegó la terrible noticia, los Exploradores fronterizos avisaron de que se habían divisado los estandartes oscuros y negros de los Sadari, un ejército mucho más gigantesco que el anterior. Y todo esto sin saberse nada de la expedición. La cosa no pintaba bien. El tiempo se acababa y jugaba en su contra.


5. La Llegada del Mago Fëthor

Ah, ¿Qué sería de una épica historia sin un mago?. 

Una misteriosa y enclenque figura embutida en una túnica azul salida de no se sabe dónde, se plantó ante un Gigante que estaba haciendo patrulla, este anciano se presentó como Fëthor, y le pidió al Gigante que le llevase ante sus líderes. El Gigante se abalanzó sobre él, y el mago, porque era un mago, le lanzó un poderoso hechizo que lo inmovilizó. Impresionado, aceptó y lo llevó ante el Consejo de las Aldeas y Familias.

El mago les habló a los allí presentes, y les dijo que deberían de contar que la Expedición no llegaría a tiempo para salvar a su Reino, que deberían tomarse en serio la guerra, y que él les enseñaría y ayudaría con sus habilidades.

Fëthor le dió varias recetas a los Maestros del Caldo, y a unos pocos, les enseñó las pautas para convocar fuerzas elementales. La verdad es que no somos muy habilidosos con La Tradición, pero nuestros Maestros del Caldo han desarrollado unas habilidades muy poderosas desde entonces.

Los Athruth se organizaron y comenzaron a practicar junto con nosotros, todo tipo de tácticas coordinadas, incluso los más grandes, nos dejaron subirnos en sus cabezas y hombros, desde los cuáles disparábamos con nuestras hondas y arcos.

De haber dispuesto de más tiempo, habrían ido las cosas de otra manera.


6. El Ataque de los Sadari 

Los Sadari no tardaron en entrar y atacar por dónde lo hicieron la última vez, pero en esta ocasión, no nos tomó por sorpresa, aunque ellos eran más y tenían mejores tropas, nosotros estábamos defendiendo nuestro Hogar.

Desgraciadamente, esto no era suficiente, pues aunque demostrábamos tener gran coraje y les hacíamos pagar caro cada paso que daban, ellos eran poderosos y poco a poco iban tomando territorios.

Hubieron muchos actos heroicos esos días, como Miranda Castañeda, que dirigió, junto a sus hijos,  una gigantesca y furiosa piara de grandes cerdos, que tomaron por sorpresa un flanco enemigo, permitiendo romper la vanguardia de los Sadari, y así ganar unas horas más para poder evacuar la gente de las aldeas de los alrededores.

Otro fue como el patriarca de los Frontosa, junto a varios Athruth, se lanzaron, literalmente, sobre las líneas enemigas, con ollas de aceite hirviendo, un verdadero desastre. Pero la sorpresa y desorganización resultante, resultó ser una pequeña victoria.

El mismo Fëthor participaba en algunas de esas batallas, junto a sus aprendices, y si no hubiese sido por esto, las derrotas y el daño, hubiesen sido peores... 


7. La Derrota de los Sadari

Justo cuando las fuerzas de los Sadari estaban entrando en la parte más interior del reino, a punto de tomar lo que hoy es  ElAgua, el último lugar defendible del Reino, que ya las exhaustas fueras se prepararon para el combate final, dispuestos a darles con lo todo lo que teníamos: milicia con sus herramientas de oficio, animales de granja, empalizadas hechas con carros. A la desesperada. Incluso el propio Fëthor estaba ya en las últimas, con apenas fuerzas mágicas.


En esta oscura hora regresó Le Jarque, junto a los supervivientes de la expedición, pero no vinieron solos, junto a ellos un grupo de valerosos hombres de armas, y una banda de Ogros mercenarios. Estos salvadores, consiguieron atacar la retaguardia de las fuerzas Sadari, gracias al conocimiento de un camino secreto que conocía Tom Buenalabra, haciéndoles llegar justo a tiempo. La Batalla de ElAgua significó un antes y después en la lucha contra los Sadari (ver. ref. La Batalla de ElAgua).

No detallaré toda la campaña militar de Expulsión de estos invasores, para eso tenéis mi otro tomo llamado "La gran guerra contra la Oscuridad", pero la clave de la derrota de los Sadari fue la Piedra Verde. Ante la luz que emitía, los Sadari y su magia, se debilitaban.


También la incorporación de profesionales en la guerra en las fuerzas del Reino, permitieron derrotar y recuperar el territorio tomado por los Sadari, con suficiente velocidad para evitar males mayores, ya que la presencia prolongada de éstos, hace que la vegetación y la fauna muera o mute a algo peor.


8. La Unificación y el Pacto de los 7

Tras la derrota de los Sadari, se reforzaron los accesos al Reino, y se comenzó a reconstruir todo el daño de cosechas y casas arrasadas.

Junto con Le Jarque, Fëthor, y el resto de representantes de cada uno de los grupos étnicos que ahora habían en el reino, comenzaron a reorganizar el reino, no sólo a nivel de cooperación, y logístico, sino también militar, se fundaron varias Aldeas y Puestos Defendibles. 

En este ambicioso proyecto, se dividió el reino en 4 Cuadernas, cada una de ellas disponía de un castillo, y varias aldeas a su cargo, organizadas por el Tharn de la Cuaderna. Y en el centro de todas ellas estaba la nueva capital del reino: Nueva Averland.



En el lugar dónde anunciaron las Ranas Sabiondas, ahora el Consejo de Aldeas, Familias y Clanes (ahora llamado así, porque se les invitó a los Ogros y refugiados Humanos) decidían en Nueva Averland, cuáles eran los siguientes pasos, se determinó que el Imperio de Almhorzar se declararía neutral de todas las guerras que habían fuera de sus fronteras, todos: unos y otros, habían aprendido el valor de la paz, y sabían que las tierras donde ahora moraban, debían ser defendidas, porque ahora eran su Hogar.


Odolfo golpeó, con delicadeza, el marco de la puerta. Su maestro le indicó que entrase. 

El joven traía una bandeja con varias onzas de pan, mermelada, mantequilla, y una tetera acompañada de una taza, que despedía un delicioso aroma de menta.

- Ah, genial, toca una pequeña pausa. Odolfo busca otra taza, y siéntate a mi lado, me apetece hablar un rato.



4 comentarios:

  1. Qué manía de meteros con los habitantes de Nisdey... voy a tener que escribir MI versión de la historia para que el público sepa la verdad.
    P.D.: devuelve lo que no es tuyo, ladrón!

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    1. La Verdad, no es lo mismo que "la verdad", tu ya sabes...

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    2. https://youtu.be/2DOLC78fUro?t=141

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  2. Lo raro es que no le eche tambien la culpa de esto al señorito Rubio.

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