viernes, 12 de enero de 2018

[Eddie Cabot] Teología Avanzada - Tzeentch


""Nunca subestimes la sabiduría de la gente mayor. Porque ellos han vivido muchos más años que tú y saben más de la vida. Respeta las canas y agudiza el oído cuando les escuches hablar de las cosas que importan. Puedes creer que sabes mucho, pero a lo mejor ellos saben más. Porque les ha pasado de todo y ya no tropiezan con la misma piedra dos veces.

Jamás olvidaré a la Yaya Cabot. Sentada cual gallina en su sillón de la sabiduría, pegada a la estufa de butano, viendo la Tv a todas horas. Y cada vez que salía una catástrofe por televisión, con chorrocientos muertos y heridos, siempre decía "...si se hubieran quedado en su casa, no les habría pasado nada". Teniendo en cuenta que se pasabía el día diciéndome "...tanto leer y tanta consola no es bueno, tienes que salir más...". No tengo muy claro que pretendía en realidad....""


Bienvenidos una semana más a la casa del cambio, 2018 empieza lleno de promesas y buenos propósitos, pero nosotros seguimos a lo nuestro. Perder el tiempo delante del Pc, el portátil, la tablet, el móvil, o como en el caso de los Viejunos mirando las nubes pasar. Continuamos una semana más con las clases de teología avanzada, y es que todo lo que sale de la imaginación de un montón de fanáticos merece ser estudiado a fondo.

¡BAJA DE LAS NUBES CHACHO!

La entidad cósmica universal de hoy debería ser el primero y más poderoso de los dioses del Caos, porque Tzeentch niños y niñas es el dios de la mutabilidad y el cambio. Y lo siento por Khorne, porque mientras la guerra y el conflicto están muy presentes en el día a día de cualquiera capaz de empuñar un palo, el cambio está presente en todos y cada uno de los aspectos de la existencia. ¡¿Entonces porque coños Tzeentch es el número DOS?!

¿Porque a nadie le gustan los pajarracos antropomórficos azules?

El motivo es que Tzeentch está más presente en todos y cada uno de los aspectos de la realidad, pero tiene muchos menos adoradores. Si los dioses del Caos fueran estrellas del rock. Khorne sería Bruce Springsteen y Tzeentch sería Tom Waits. Digamos que hace falta algo más para comprender de que se trata, Tzeentch es el dios al que eligen los extremadamente inteligentes y curiosos, aquellos obsesionados con descubrirlo todo, con descifrar lo indescifrable, y con destapar lo oculto.

TANTO QUE DESTAPAR Y TAN POCO TIEMPO

Tzeentch es la esencia misma de la disformidad, todo lo muta, todo lo deforma, pero dentro de toda esa vorágine de cambios hay una verdad oculta, la verdad que habla de como la realidad no es más que un tejido, una materia que se puede modificar, que todas y cada una de las cosas que existen están compuestas de cosas más pequeñas, que se pueden reordenar y convertir en otras cosas.

En la trilogía de Ravenor, Dan Abnett ya entra un poco en ese tema, y habla de que la realidad tal y como la conocemos es un lenguaje y que existe una palabra para cada una de las cosas que existen.

"En serio Abnett... ¿En serio?"
Evidentemente existe una palabra para cada una de las cosas. Pero a esas cosas les hemos puesto el nombre nosotros. Pensad en el primer cavernícola que se encontró una piedra y la bautizó como tal. Vale, a partir de este punto esta cosa con la que te he abierto la cabeza se llamará piedra. ¿Pero como se llama esa cosa en realidad? Porque ya estaba ahí antes de que tu la cogieras del suelo. ¿A que no lo habías pensado?

 
"Ottia el Eddie, me ha dejado todo lokoooooooh...!!"

Pues de eso va el tema. Tzeentch entraña en si mismo el secreto de la misma realidad, y sus seguidores viven y mueren tratando de encontrar ese secreto. Por supuesto no es algo fácil de conseguir, si fuera algo fácil habría más dioses del caos que pelos tengo yo en el culo. Tzeentch es un maestro caprichoso, que descubre pequeñas píldoras de conocimiento a sus discípulos a medida que lo contentan, pero son píldoras llenas de peligro porque a veces contienen conocimiento capaz de destruirles.

VINE POR LAS TONTADAS Y ME QUEDÉ POR LA METAFÍSICA BARATA

Digamos que en términos sencillos, todo el conocimiento que viene directamente de Tzeentch se desbloquea pisando un cable pelado con una toalla en la cabeza, pero desconoces el voltaje del cable, así que puede que te de un agradable masaje de pies con 24 voltios, un calambrazo a 125, o tenga un voltaje con más ceros que la cuenta suiza de un político español, y te convierta en 10 kilos de carboncillos en lo que tardas en decir "tendría que haber estudiado derecho como quería mi padre".

Tzeentch juega siempre con ventaja, porque la humanidad es el máximo representativo de "la curiosidad mató al gato". Siempre tendrá a codiciosos entusiastas deseosos de saber más, que acabarán matándose a si mismos pisando en cable que no deben. Así que... ¿Que hace que este tío siga teniendo seguidores? Es como asaltar una farmacia e ir probando medicamentos sin saber lo que son, hasta que das con uno que acaba contigo. Pues la respuesta está precisamente en aquellos que lo intentaron, y fracasaron.

Ese conocimiento te va a costar muy caro, michino.

Porque aunque celosos de proteger su conocimiento, lo dejaron recogido en algún sitio. En las paredes de un templo, en un libro, en un USB tirado en las vías del tren, en el mensaje de un contestador automático. Y para aquellos que no quieren hacerle las preguntas directamente al mismo Tzeentch, tener acceso al conocimiento de los demás es una forma de aprender sin peligro a acabar conventido en una masa de carne balbuceante. Y de ahí la obsesión de sus adoradores por apoderarse de todo el conocimiento arcano.

ESO EXPLICA MUCHAS COSAS (No... en realidad no...)

En su día, Tzeentch era el dios más raro y cambiante de todos. Jamás se aparecía dos veces con la misma forma, porque era la esencia del cambio y no paraba de mutar. Pero tenía una forma más o menos preferida, que consistía en torso sin cabeza, con la cara en el pecho, y con dos largos apéndices al final de los cuales se encontraban sus bailones ojos.

Además protagonizó
una serie para niños en los 90´s.

Pero con el tiempo y la salida de más y más miniaturas se hizo necesario darle un tema. El rollo este de "puede tener cualquier aspecto" era peligroso, porque cualquiera te plantaba delante un ejército de chicles masticados pegados a las peanas, y te decía que eran demonios de Tzeentch. Así que definieron mejor el aspecto de algunas miniaturas pero aun con eso es la gama más descohesionada de todas.

NORMAS DE ETIQUETA (Vístete para alcanzar el conocimiento supremo)

El Warhammer es un juego de guerra y a la guerra vas todas las mañanas, así que todo el que pisa un cambo de batalla es un guerrero y como tal ha de vestirse. Pero hay matices, si el guerrero de Khorne tenía que vender agresividad con su aspecto, el de Tzeentch tiene que vender inteligencia y misterio. Puedes llevar una armadura, pero debe ser intrincada hasta vomitar, espirales, círculos, ojos, caras sonrientes, debe tener tanta historia encima que tardes un año en ver todo el detalle que tiene.

Además es importante que vistan con túnicas, porque la túnica es la ropa del monje y del mago. Imprescindible ir a cuestas con montañas de pergaminos y pesados grimorios. Que se sepa que sabemos leer, pero no como esa gente que pasea los libros cuando va en el tren. Lectura de la buena, de esa que recitada en voz alta hace que llueva sangre sobre el campo de batalla, o que a las setas les salgan brazos y te den puñetazos en los huevos.

O en toda la boca, que es más espectacular.

Para el color no te esfuerces, azul, del tipo que sea pero siempre azul. Y si tienes que llevar un yelmo, que sea la cosa más estrafalaria que exista. Cuernos retorcidos, armas de molino, crestas de dos metros, alitas, plumas, lo que sea con tal de taparte la cara. Porque si adoras a Tzeentch vas a sufrir un grave caso de degeneración facial a lo Mickey Rourke, de "Johnny el Guapo" a "The Fighter" en cuestión de días.

El abuso de heroína y cirugía te convertirán tarde o temprano en un muñeco de latex.

 A la hora de elegir los trastos de matar, la primera y mejor de todas las opciones son palos de mago. Un báculo molón de algún material exótico, decorado a tope con runas, gemas, joyas y todo tipo de mandangas. Así cuando falles el conjuro puedes desnucar al otro con un palo de escoba que pesa 10 kilos por la cantidad de adornos que le has puesto. Si tienes la clase paladín-guerrero, la alternativa es el arma de manufactura imposible. Que es como cualquier otra arma, pero por su diseño es imposible que se mantuviera de una pieza después del primer golpe, porque es de cristal, se sujeta a través de una llama, tiene forma de ala de cóndor, o todo a la vez.

NORMAS DE CONDUCTA (En boca cerrada no entran moscas del caos)

Los adoradores de Tzeentch son tíos silenciosos, misteriosos y muy taimados. Hasta cuando hablan en serio no puedes saber si hablan en serio, porque siempre tienen un plan, y siempre hay mensaje oculto tras sus palabras. Se pasan el día espiando con sus cacharros mágicos de espiar, y atisbando posibles futuros con sus cacharros mágicos de atisbar, así que siempre hay un plan oculto en otro plan y dos planes de reserva por si acaso fallan alguno de los dos primeros.

Y si esos fallan, asegúrate de tener 1000 o 2000 más anotados en papel, por si acaso.


Así que mantén siempre ocultas tus intenciones, y no te dejes llevar por las más bajas emociones humanas. Eso lo hacen los otros paladines, que a la mínima te tiran un hacha o te arriman cebolleta cuando no miras. Los paladines de Tzeentch se llevan relativamente bien con los de Slaanesh porque tienen intereses similares, se llevan regular con los de Khorne a los que tienen que vigilar muy bien cuando acaban las batallas, no sea que se les vuelvan en contra. Y se llevan de puta pena con los de Nurgle.

¿Y esto es como raro, no? Porque los paladines de Nurgle son esos tíos gorditos con una higiene más bien pobre, pero que siempre están sonriendo y contando chistes en las cenas de empresa. El motivo es Nurgle es el dios de la muerte y la descomposición, lo que marca el fin de la existencia. Y eso le pone los pelos de punta a Tzeentch que le encanta cambiar las cosas de sitio y de forma, cuando algo muere no puede cambiarlo más y eso no le gusta ni un poquito.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA ADORACIÓN A TZEENTCH

El conocimiento es poder, así que consigues poder a través de todo el conocimiento que te brinda el dios pajarraco. Pero el poder corrompe y saber demasiado siempre es peligroso. De todo los dioses con diferencia el más caprichoso y puñetero es Tzeentch, no se asciende ni rápido no con seguridad en sus filas. Y como no vayas con cuidado no te alegrarás de hacerlo, aunque a veces las recompensas merecen la pena.

Tzeentch es por encima de muchas cosas el dios de los hechiceros, cuanto más inteligente es un hechicero y mejor comprende la disformidad más poderoso se vuelve. Puede extraer ese poder en bruto inagotable del reino del caos y doblegarlo a su voluntad, cuanto más poderoso más poder puede extraer cada vez, y cuando más sabio más formas de moldearlo conocerá.

Cada cartita contiene una forma de moldear la disformidad. ¿Deseas saber más?

Además el tejido de la realidad ondulará al tu alrededor, debilitado por tu gran conexión con la dimensión disforme, lo que permitirá que te rodeen todo tipo de criaturillas ligadas a tu voluntad, pequeños demonios llamados familiares. Y que a diferencia de TUS familiares que son unos demonios, en estos puedes guardar conjuros, o extraerles su energía para potenciar tu magia.

En el aspecto negativo, currar para Tzeentch es como currar en un cementerio nuquelar. No te vas a librar de las mutaciones hagas lo que hagas, además muchas de ellas no valdrán para una mierda, ni en combate ni fuera. Si Khorne te bendijera con un brazo extra rematado en una maza ósea recubierta de pinchos, la usarías EN combate. Si Slaanesh te bendijera con un miembro viril de dos palmos de largo, lo usarías FUERA del combate. ¿Pero que haces con dos antenas en la frente? ¿Alas en lugar de orejas? ¿Plumas de pájaro en los codos? ¿72 ojos extra en la espalda? ¿Una cara de demonio en el pecho que canta canciones de Serrat?



A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos, como el recodo al caminoOoo...
Soy cantor, soy embustero, me gusta el juego y el vino. Tengo alma de marineroOooo...

Pues esos son los regalos que hace Tzeentch. Así que ojito al tirar en la tabla de mutaciones, que no hay ninguna buena. Como pasa con los paladines de Khorne, seguidores no te van a faltar, pero asegúrate de rodearte de los más tontos. No sea que uno quiera aprender demasiado, y te apuñale por la espalda para robate tu grimorio personal. Vaya, bien mirado lo de los 72 ojos en la espalda no tan mala idea. Eso sí, no vas a ganar para colirio, amigo.

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EN OTRO ORDEN DE COSAS

La campaña Viejuna ya ha empezado con las primeras escaramuzas, los jugadores se desplazan por el mapa mirando a sus rivales desde lejos con ojilos aviesos. Y aunque es pronto para preveer el desarrollo, los Señores Rosa y Azul han aterrizado tan cerca que se están tirando misiles LITERALMENTE de ventana a ventana.

"Este mapa de campaña no es lo bastante grande para los dos, bro..."

Por mi parte, he sacado al Chipper del cajón donde estaba criando polvo y le he dado tres pincelas. Luego lo he vuelto a guardar. Teniendo en cuenta que ya me he comido 12 días del mes, no voy mal, voy peor. Suerte que pinto rápido y me importa un guano el resultado...

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Y hasta aquí la tontada semanal. La semana que viene hablaremos del dios cuyo nombre solo pronuncias correctamente con la boca llena de canicas. Que con la epidemia de gripe que hemos tenido en la península estas dos últimas semanas, me da que ha visitado más hogares que el puto Papa Noel.

Misteriosos saludos...

3 comentarios:

  1. Me encantan estas entradas. Con kuato y mediterráneo me he reído mucho.
    Además debo destacar que "vine por las tintadas y me quedé por la metafísica barata" es la verdad más absoluta del panorama blogueril actual.
    Un saludo

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  2. Geniales estas entradas, como siempre. Me ha encantado lo del palo de desnucar enemigos.

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  3. Otra entrada fatástica como es habitual. Me parto de risa con cada una de ellas.

    Tengo que puntualizar eso sí, que Nurgle se nutre del miedo a la muerte y el "virgencita que me quede como estoy", un inmobilismo que a Tzeentch no le mola nada. Además, Tzeentch vive de la ambición y la esperanza y Nurgle de la desesperación y el conformismo (el adorador de Nurgle medio se rindió a él para quedarse como estaba aunque eso implique ser un saco de enfermedades).

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