viernes, 26 de febrero de 2021

[Sr. Marrón] Rata Jones, En Busca del Templo Maldito

Los chillidos triunfantes del Ingeniero Kirkech sacaron del trance al Vidente Verk.

- Siiii, siiiii. Activa esos comutadores, Tik 

 El Ingeniero correteaba de un lado a otro ajustando interruptores y ruedas de la infernal estructura. Allí y aquí, saltaban relámpagos de verdosa energía. Toda la monstruosa y caótica máquina, crujía y zumbaba peligrosamente.

El Vidente decidió que lo más sensato era alejarse lentamente de toda esta escena, su pelaje se estaba erizando y no sabía si por miedo o por la estática mágica que se estaba generando. En ambos casos, era algo peligroso para él.

En su retirada táctica, topó con otro cuerpo, más grande y embutido en una armadura rojiza muy desgastada. El Oficial de los Guerreros Alimaña miró fijamente a Verk, con cierta sonrisa de diversión.

- El Señor de la Guerra solicita su presencia, Vidente Verk.

- Ehem, bien - recuperó la compostura y adoptó otra vez su conducta altiva - No hace falta que me acompañes, sé dónde es...

- Oh no, mi Señor no quiere que os pase nada, os tengo que escoltar.



Las dos figuras iban atravesando túneles repletos de otros hombres rata, el olor estaba saturado de amizle, sudor, y olor a suciedad. Aún con sus rarezas y paranoias, Verk se sentía cómodo entre los suyos, siempre claro que él tuviese el control de la situación, y ahora mismo, con ese enorme guardaspaldas, no lo tenía. 

Finalmente llegaron a una obertura más grande, dónde descansaba, en un trono improvisado, el Señor de la Guerra Orrretch, era un guerrero imponente, blindado de la misma manera que sus Guardias Alimañas que le acompañaban, al ver entrar al Vidente adoptó una posición de alerta, y de falso respeto:

- Bienvenido Vidente Gris Verk, necesitamos de vuestras habilidades y conocimientos.

El Vidente de blanco pelaje hizo una especie de reverencia, más por etiqueta forzada, que otra cosa. Estaba en franca desventaja numérica, podría encargarse del Señor de la Guerra, aplastarlo como un gusano, e incluso con un par o tres de sus Escoltas, pero a costa de perder también la vida. Había que valorar otras opciones.

- Oh, Señor de la Guerra Orrretch, decidme ¿en que os puede ayudar un humilde servidor de la Gran Cornuda? 

- Veréis, varios espías nos han indicado que parece ser que hay bandas de Cosas-Hombre que vienen hacía aquí, me gustaría más información al respecto. Sino recuerdo mal, podéis ver cosas que los demás no vemos, ¿verdad? 

Durante unos segundos había notado cierto tono burlón en el Señor de la Guerra, Verk se estaba enojando, sería eso lo que buscaba ese estúpido caudillo, una excusa para matarlo. No caería en esa trampa tan burda.

- Por supuesto, mi señor, dejadme que mire.

El Vidente Verk comenzó a gesticular teatralmente, y a emitir sonidos y palabras oscuras; siguiendo los rituales que durante años había repetido una y otra vez, mientras esnifaba de una bolsita, polvo de Piedra Bruja. Sentía ese sabor metálico en el paladar, ese calor que estaba creciendo desde detrás de su nuca, sentía como las energías demoníacas vibraban a su alrededor, ese poder.... miraba a esos estúpidos guerreros, con sus armaduras de metal, a ese impertinente caudillo, sólo tenía que chasquear los dedos y provocar una matanza... pero no, no era el momento, demasiado peligro. 

Cerró los ojos, aunque sentía que los tenía todavía abiertos, pero ahora todo se veía diferente, vio hebras de energía que correteaban por el suelo, por las paredes, estas emitían un color de dificil descripción, siguió con su mente, mientras su consciencia se desplazaba atravesando capas de piedra, rocas y tierra, pudo ver las figuras de los Cosa-Hombres, pero junto a ellas también caminaban otras, otras que al darse cuenta lo miraron y sonrieron: Demonios.



Pues sí, el Sr. Rubio ha aceptado el reto y nos batimos en duelo, él con sus Sexy Demoníacas Huestes, y yo con mis Caóticos Hombres Rata, estad atentos porque se masca la tragedia XD
¿Conseguirán echarlos de sus antiguos templos?
Pronto lo veremos

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