jueves, 28 de agosto de 2025

[Sr. Marrón] Sobre Ideología, Wargames y capibaras.

Hace una semana yo estaba en algún rincón de Hokkaido, descubriendo una casa en mitad del monte. Una casa hecha de madera, a medio camino entre el escenario de un terrible crimen, o un lugar idílico. Regentado ese lugar, se trataba de una agencia de rafting, llevada por una simpática pareja que pese a ser japonesa, poco tenía que ver con el habitual código de conducta japonés: Mari y Toshi, muchas gracias por el mejor rafting de mi vida, muy divertido, ambos son unos cracks, y nos estuvimos riendo mucho con sus ocurrencias y sus mezclas de español/japonés. También quiero darle las gracias por darme a conocer un músico llamado Junnos, tenían sus canciones sonando a toda pastilla, y todo ello: el enclave, la música, y estos dos, convertían el lugar en un sitio donde te apetecía quedarte toda la vida.




Buenas a todos, hoy traigo uno de esas entradas sobre reflexiones y temas que tengo en la cabeza, y que por una u otra razón no quería o no he podido escribir.

Después de este mes totalmente desconectado del tema frikil, vuelvo con una entrada que a lo mejor me supondrá meterme en un jardín o tal vez no. Retomo un tema que de vez en cuando vuelve a nuestro grupo, ya sea por alguna polémica, o a la hora de entrevistar o hablar con creadores o jugadores de los wargames.

Antes de nada, quiero remarcar que esta es mi opinión personal, sin paños, sobre éste tema, y que no necesariamente la comparte el resto de miembros de la Vieja Guardia. Sí, si sabéis leer entre líneas veréis que claramente en mi manera de escribir hay una ideología, ideología que también se ve reflejada en lo que hago en este hobbie: el trasfondo, los personajes, la elección de mis tropas, etc...

Y es que siempre estamos hablando del tema de las ideologías políticas en los wargames, ¿Realmente el Hobbie es impermeable a las ideologías políticas?  

La respuesta rápida es NO. La política lo impregna todo, nos guste o no, entre ello las obras de ficción, y por ende, también nuestros juegos favoritos. El creador o creadores de tal wargame tienen siempre una ideología, nos guste o no. Hoy voy a intentar plasmar todo esto, y ver qué sale.

éste soy yo ahora mismo, escribiendo la entrada.

Existe una creencia extendida en los grupos de juego de “mejor dejar la política fuera de la mesa”. 

La intención suele ser buena (evitar discusiones externas y centrarse en el disfrute del juego), y más en los tiempos que corren, donde hay mucha gente polarizada, pero parte de una ilusión. 

La política no desaparece porque se la declare ausente; atraviesa todos los ámbitos de la vida, y los wargames no son excepción. Al fin y al cabo, hablamos de juegos que tratan de conflictos armados, imperios, regímenes, resistencia y poder. Son representaciones culturales de la guerra y, como tales, arrastran símbolos e ideologías. Pretender que no hay política en ellos es tanto como negar el marco en el que existen.

La clave, por tanto, no está en ocultarla, sino en distinguirla en varios los planos:

En la mesa, la política puede aparecer como elemento narrativo o histórico: el ejemplo más evidente de esto lo vemos si estamos jugando a Flames of War, Bolt Action, o juegos de temática histórica. 

En el jugador, la política puede manifestarse como ideología personal. Todos tenemos la nuestra, y no necesariamente tiene que gustar a todo el mundo(1)

Y es en este punto donde hay un elemento crucial: El Contexo. El contexto lo cambia todo

No es lo mismo recrear que promover.


a un capibara le da igual la orientación sexual

En un juego histórico es inevitable toparse con ejércitos que representan regímenes totalitarios. Reproducir una batalla de la Segunda Guerra Mundial exige poner en mesa la Wehrmacht, el Ejército Rojo o la resistencia partisana. Eso forma parte del pacto lúdico: recrear sin legitimar.

En un juego fantástico o de ciencia ficción, como Warhammer 40K, la dimensión política adopta otro matiz. El Imperio de la Humanidad es un totalitarismo absoluto, pero no como modelo a seguir, sino como distopía satírica. Cuando alguien se apropia de esa estética como inspiración real, la sátira desaparece y queda la apología.

Hagamos ejemplos de esto.

Imagina que vamos a echar una partida de Fire! ambientado en una operación militar, un jugador va con los FDI, y el otro con comandos de Hamás. Vamos a recrear un conflicto militar entre estas dos fuerzas, puede ser un evento real o inventado, creado dentro de un marco histórico. No debería haber problemas.

Imaginemos otro caso, torneo de Warhammer 40k, un jugador acude con un ejército de la Guardia Imperial, con claramente una estética Nazi (me refiero a uniformes, conversiones y simbología) cuyo general, metido en un Leman Russ, se llama Adolfo(2).

Ambos casos están haciendo una recreación, tal vez el segundo caso debería de tenernos un poco más atentos por si se trata más de una sátira o realmente el jugador está patinando un poco. 

Ahora imaginemos que en uno de estos ejemplos, el jugador acude con ropa o tatuado con simbología que claramente patina hacia una ideología de odio. Aprovecho aquí para señalar a esos "equidistantes" que me dicen que es lo mismo llevar una camiseta del grupo División 250, a una del colectivo Panteres Groges. No es lo mismo, y si yo fuese el organizador, ya te digo que los primeros se van a casita, y que me vengan con tonterías de "discriminación ideológica", no querido, no tienes derecho a pedir nada cuando tu ideología pasa por quitarle derechos a otros. 


Los capibara se juntan con cualquier especie de animal

Frente a esto, cabe preguntarse: ¿Qué hacer? ¿Debemos “higienizar” el hobby de toda referencia política? La experiencia de Talavera muestra que esa estrategia es insuficiente. El silencio no protege; lo que hace es dejar hueco para que alguien lo ocupe con un gesto provocador(3). Además, dejar pasar los días sin decir nada, no sólo no arregló el tema, si no que lo hizo agravar hasta que la propia GW tuvo que tomar cartas en el asunto para desmarcarse de semejante marrón. Dejaremos para otro día lo que pienso del corporativismo de algunos medios respecto a este tema, lo achacaré más a razones de intereses económicos que ideológicos.

La respuesta pasa por higienizar, sí, pero con criterio:

No censurar la historia ni la ficción. Sí impedir que el espacio de juego se convierta en un escaparate de ideologías de odio.

La política puede estar en el juego, pero no en el jugador. Es legítimo llevar tropas de la Wehrmacht en un wargame histórico o desplegar un Regimiento de Mordia Imperial en 40k (cuya estética nos puede recordar a..). Lo que no lo es, es acudir con símbolos neonazis en la ropa o con pseudónimos apologéticos. 

En un caso hablamos de representación; en el otro, de propaganda. Sí, propaganda, aunque te quieras hacer pasar por un chico "malote" (que sé que está de moda), y de ir " a contracorriente de lo woke". Estás haciendo apología del odio, no lo olvides.

Creo que en este punto, hay un caso muy sangrante que puso sobre la mesa este tema, estamos hablando de lo que nos dejó Talavera (sí, fue hace unos años, pero marcó un antes y después).

El problema del torneo de Talavera no fue la presencia de un ejército con inspiración totalitaria. Eso, en el marco del juego, puede ser narrativamente válido. El verdadero error fue no establecer una frontera clara entre lo que pertenece al tablero y lo que pertenece al jugador.


Al capibara le da igual el color de piel del animal

La consecuencia fue permitir que un individuo instrumentalizará el evento como plataforma política. La reacción de la comunidad, sin embargo, fue clara: rechazo masivo. Games Workshop reforzó ese rechazo con un comunicado firme, y desde entonces muchos torneos han introducido cláusulas específicas para blindar sus espacios frente a símbolos de odio. También ha provocado que dicho jugador haya sido "vetado" (como sujeto problemático) de eventos, y me consta que en algunos sitios ya no puede participar.

En este aspecto, como jugador viejuno que en el pasado me había encontrado este tipo de sujetos, me alegra saber que la comunidad "ha madurado" y que sabe decir "hasta aquí" para este tipo de personajes. Sí, a mi este tipo de participantes me sobran, no aportan nada al hobbie, sólo restan. Así que me parece perfecto que se queden en su casita o grupo de juego(4).

Vamos cerrando este ladrillo y sacando el pie de semejante jardín.

Los wargames no son un refugio apolítico. Nunca lo fueron, porque trabajan con la materia misma de la política: la guerra, el poder, el control. Pero eso no significa que deban convertirse en terreno fértil para ideologías extremistas  y más concretamente de odio.

Me resulta chocante que gente con semejante ideologías se quiera luego acercar a un evento en el que va a tener que socializar con personas contrarias a sus "ideales", podríamos decir que los dejan al lado porque el homo ludens es fuerte en él, esto estaría bien, si no fuera porque acuden a estos rodeados de su parafernalia, ahí es cuando falla algo. Dejando de lado lo que pueda pensar de sus ideas, es una falta de respeto a los jugadores que han venido a jugar y pasárselo bien, y a los organizadores que con su esfuerzo lo han montado todo. Has reventado el evento, enhorabuena, has ganado "tu momento de casito", pero las consecuencias pasarán porque dicho evento no vuelva a hacerse o directamente, quedes en una lista negra...

Sé un capibara

El reto está en trazar la frontera con claridad: el juego puede representar ideologías pero los jugadores no deben promoverlas. En esto se basa, paradójicamente, la salud de la afición y su comunidad.

Afortunadamente, por ahora, parece que esta diferencia, en su mayoría, lo tenemos todos bien claro, lo jodido será el día que no sea así.

Si cuidamos ese límite, preservamos lo que de verdad nos convoca: el placer de la estrategia, la pintura de las miniaturas, las narrativas compartidas… y la certeza de que la mesa es un lugar seguro para tod@s.


Y hasta aquí mi ladrillo semanal, espero que no haya sido demasiado pesado. 

¿Vosotr@s qué pensáis de este tema?



(1) Aunque si tu ideología pasa por odiar a otro o quitarle derechos, frente a mi persona, vamos a tener un problema.
(2) Basado en hechos reales.
(3) aunque bueno, luego aparecen fotos de organizadores posando con concejales de ciertos partidos y uno acaba pensando en el refrán de "cuando el río suena...".
(4) Es incompatible odiar a otros y acudir a eventos a jugar con la gente y socializar. Y se podría escribir de los intentos de dicho insufrible jugador que allá donde evento que pasa, no vuelve a crecer la hierba, pero sería personalizar esta entrada, y hay unos cuantos así pululando por dicho ecosistema lúdico.

domingo, 17 de agosto de 2025

[Sr Rubio] Back to the basics: ¿cartón o 3d?

Buenas!

Pues estamos a tope con el 40k, oiga. Pero no con esas cosas modernas de primaris, custodes o beast snagga. No, con el 40k de verdad. El que necesitabas desforestar el Amazonas para jugar. El que te servía cualquier cosa para hacer escenografía (una caja de cereales, unas pajitas, una caja de fruta…) o vehículos (cartón, un bote de champú…). El que se jugaba en campos de golf perfectos. El que tenía orcos, enanos y elfos del espacio, además de pocos sabores de marines (solo 4!)

La sagrada 2ª edición.

Yo ya os he hablado mucho por aquí de la 2ª, pero vamos a hacerlo un poco más. Porque, aún con sus defectos, considero que 2ª edición es un buen juego. ¿Por qué? Por el tamaño de sus batallas (50 minis por bando como mucho). Por la granularidad de sus reglas (¿le has disparado al edificio? ¿quieres saber qué pasa? Hay reglas.). Por la locura de sus reglas (¿de verdad quieres equipar a tus tropas de asalto todas con armas distintas? Puedes hacerlo, pero… xD). Por sus conceptos, por estar a caballo entre lo heredado del Rogue Trader y el 40k que conocemos hoy día. Por sus colores brillantes, y sus orkos sonrientes. Por nostalgia también, no lo negaremos.

Por muchos motivos, 2ª es la única edición del 40k a la que me apetece volver de tanto en tanto, y es la única de la que estoy intentando pintar los ejércitos que tengo por casa (tengo asumido que nunca pintaré el ejército orko de 8ª… ni el de lobos del 30k, ya puestos).
1500 puntos de marines

Y ahora hemos vuelto, y estoy intentando terminar otro ejército después de terminar el Culto Genestealer (y no haberlo probado todavía en batalla). Y, como os decía, a lo grande. He jugado de momento más partidas a 40k este año que en los dos últimos años (o 3, o 4… no recuerdo cuando fue mi última partida. ¿Probando 9ª? xD). Y han sido partidas tensas, divertidas y con muchas visitas al reglamento, revisando armamento raro (cañón subterráneo, cañón thudd, cañón shock, kohete de pulsación…) y situaciones tipo “¿qué le pasa a ese vehículo ahora que ha muerto su piloto?”


Y tengo ganas de jugar más; me voy a llevar el reglamento y el codex de vacaciones, para aprender como mínimo que hace mi ejército. Estoy pintando orkos suficientes como para hacer un gran WAAAAGH!... en 2ª.

Y estoy hablando mucho de esto con el Sr Blanco, que está como yo. Y hay algo en lo que los dos estamos de acuerdo: es un buen momento para jugar a 2ª. Hace 10 años, para jugar a 2ª edición tenías que tener el material ya en casa, y pagar una pasta por el que te faltara. Hoy día… tienes opciones.

Me explico.

Creo que hay dos maneras de enfocar “la experiencia W40k 2ª ed”. Podría decir “la mía y la incorrecta”, pero sería un mal chiste y no sería correcta (del todo :P). Puedes ir “full retro”, o puedes buscar “el vibe, el mood” que diría un adolescente (creo; no tengo adolescentes en casa todavía).

Vamos a explicarnos, que como digo siempre, no me cobran por palabra.

  • Modo “full retro”. Juegas con las reglas del 40k (por supuesto). Juegas con todos los marcadores de cartón. Juegas con las distintas plantillas. Juegas con cartas, muchas cartas. Juegas solo con minis de la época, tal vez con alguna pequeña concesión (motos del caos, ¿tal vez? No había en 2ª, pero las de 3ª tienen todo el feeling). Pintas las minis con los esquemas de los 90, todo lleno de rojo, saturación y peanas verde goblin. Pintas como si tus minis fueran a ir a un museo, sin salirte ni una coma del “se hizo así, se hace así”. Pintas, si puedes, con las pinturas citadel de los 90 (o las Coat D’arms).
    • Tus mesas son iguales: colinas a dos niveles, edificios de papel/cartón, vallas de madera de balsa... 

  • Modo “actualizar la experiencia”. Sería… ¿cómo decirlo? Sería como jugar a un beat’em up de scroll lateral, con todos los gimmicks de la megadrive… en tu PS5 (sí, Streets of Rage 4, te miro a ti :D ). Juegas con los ejércitos de la época, pero no necesariamente con sus minis: hay mucha actualización/homenaje que encaja en la estética, pero no salieron por aquel entonces. Hay mucho stl de minis hechas ahora con aquella estética, sobre todo en vehículos. Mis battlewagons son de AQUÍ; compré los archivos y el Sr Blanco me los imprimió. Pero es que desde que pillé estos he visto como 3 o 4 variantes más del BW… y de otros tanques. Juegas en una mesa hecha por 3D, pero con la estética de los 90. Pintas con contrast, aerógrafo o rotuladores, pero buscas (eso sí) que la riqueza de color, la intensidad y el verde goblin estén presentes. Pruebas codex fanmade, que amplían lo que había (codex Squat, Codex Culto Genestealer… o Codex Puños Imperiales O.O), pero sin salirse del espíritu del juego. Juegas con los objetos en la Tablet, para no tener la mesa llena de cartón. Juegas con marcadores hechos en 3D.
La primera opción es “jugar al 40k 2ª ed como si fuera 1995”; la segunda es “jugar al 40k 2ª ed como si fuera 2025”. Ambas son igualmente válidas, y va a depender de vuestro grupo de juego que escojáis una u otra.

El Sr Blanco y yo estamos a tope con la 2ª opción.

Una mesa como la que está construyendo el Sr Blanco sería un trabajo de meses de la manera tradicional, seguramente. Gracias a la 3D, se reduce a una semana (sin contar tiempo de impresión, que eso lo hace la máquina, no nosotros). Conseguir un Battlewagon original en buen estado seguramente sería mucho más caro que la impresión 3D que he hecho… y difícilmente podría tener 2. Y ponerme a pintar con las pinturas “normales” ahora mismo me costaría a mí.

Así que estamos cogiendo lo que, para nosotros, es más representativo de la época. La estética. Los colores. Las listas de ejército. Si es un orco sonriente “de Kev Adams”, me va a dar igual si es de plomo (del de verdad, del tóxico), metal blanco o resina. Si los Goffs llevan ajedrezados me va a dar igual que sean calcomanías, stencils o frijuanes. Y las peanas son verde goblin, por supuesto. Aunque ese verde sea de AK, de Vallejo o un rotulador. Y si gracias a la impresión 3D puedo sacarme un modelo de Snikrot con la estética de 2ª edición, o de algún otro personaje u opción de equipo que no existiera en aquella época… bienvenida sea. En los 90 hacías kitbash; en el 2025 haces kitbash… digital.

Dos maneras de entender lo retro. Pero ambas válidas para disfrutar de un w40k como no has visto en 30 años.

¿Con cual te quedas? :D

sábado, 9 de agosto de 2025

[Sr Rubio] Back to the basics: Orkos en 2a edición


Buenas!

Pues, si estáis en el grupo de telegram, habréis visto una serie de fotos un poco… viejas. No las fotos 
en sí, pero los componentes… un poquito. Y es que por fin he conseguido engañar al Sr Blanco para 
jugar a 2ª edición del 40k. Y, como siempre hace el Sr Blanco, ha entrado a lo grande.

No por las minis, si no por la mesa. La conversación fue tal que así:

Sr Blanco: Si vamos a jugar a 2ª edición, hay que usar escenografía de la época.

Sr Rubio: Pero tenemos el club lleno de esceno que nos sirve para el 40k…

Sr Blanco: ¡Pero no es acorde al espíritu de la época!

Sr Rubio: … ok, ¿compramos cartón pluma, o prefieres plasticard?

Sr Blanco: Pienso imprimirla entera :D

Así que tenemos una mesa de 2ª edición… hecha con la tecnología actual. Básicamente, son unos diseños 3D de los típicos edificios y ruinas de 2ª. Quedan geniales, la verdad sea dicha. Pero yo ya tengo las ruinas de cartón, y esto hay que pintarlo también… En fin, suerte que lo está pintando él.

También ha impreso (y pintado) unos cáctus alienígenas... después de que me comprara bolas de corcho para hacerlos desde 0. En fin...


Una vez resuelto el tema de la mesa, quedaba ver con qué íbamos a jugar. Porque… puede que los ejércitos de 2ª no sean igual de grandes que los de ahora, pero siguen siendo ejércitos. Por suerte, yo no estaba preocupado, ya que tengo un ejército del Culto Genestealer terminado. No estoy seguro de los puntos, pero seguro que son suficientes (con dos psíquicos en el ejército, más las unidades de genestealers y un leman russ… sí, tendré de sobras). Pero el Sr Blanco tenía otra idea en mente.

Orkos vs Enanos.

Clásico, atemporal.

Sin pintar.

Tengo 1k puntos de Goff casi pintados; me falta terminar la unidad de nobles, el kaudillo y el dread. Tengo otras minis pintadas o casi (después de todo, llevan conmigo 30 años algunas de esas figuras). Pero no tengo una lista entera pintada. Y hablamos de orkos, ese “casi” implican muchas minis. Después de todo, un dread son 150 puntos solo… o 50 puntos por un battlewagon.
1000 puntos verdes... 

Hemos conseguido engañar al Sr Marrón para que se apunte a una campaña, a realizar a partir de septiembre (no hemos tenido que insistir mucho, la verdad xD). Y dudaba entre tiránidos (lo que me hubiera permitido jugar con Culto Genestealer, digamos), o eldars. Al final, serán los eldars los escogidos, básicamente porque el Sr Blanco ha abierto su armario de cosas viejas y le ha ofrecido un ejército oldie entero… que resulta que había sido del Sr Marrón en origen. Esto es la economía circular que dicen, supongo.

A Eddie tenemos que intentar engañarlo, aunque siempre dice que él prefiere volver a 3ª que a 2ª, que no la cató. ¡Es el momento, Eddie!

UPDATE: A Eddie lo hemos engañado. Que dice que le hace gracia jugar con marines. Con puños imperiales. Otra vez. Va a ser su segundo o tercer ejército de limones… 

Así que tenemos un triangular cuadrangular entre humanos, orcos, elfos y enanos… y a pesar de que tengo MUCHO pintado, en número de figuras sigo siendo el que tiene que pintarse más de aquí a septiembre. Lo ideal en mi situación, y teniendo en cuenta que quiero pintarme primero los Shorks xD

Porque… ¿qué implica este proyecto? (a parte del hecho de ponerme a pintar unas minis que me encantan y un ejército que adoro).

Lista Goff tipo:

Kaudillo, Mekániko, Matazanos

3x unidades de 15 goffs (dos de chikos y veteranos, una de nobles)

Dreadnought.

48 minis, de las que tengo pintadas del todo 32, y 15 están a puntito.

Pero eso son solo 1k puntos… y después de la primera partida contra los squats del Sr Blanco, necesito dos cosas: o transportes o más cobertura. Eso implica battlewagons o rhinos, o llenar más la
mesa de escenografía… o de gretchins.

Además, el Sr Blanco quiere jugar mínimo a 1.5K (cosa que creo que es un error…), con lo que no solo tengo que retocar esta lista básica de 1k puntos goffs, si no que tengo que ampliar. ¿Con qué?

Pues voy a intentar llenar los puntos rápidamente tirando de cosas caras (lo que descarta los gretchins) y, por qué no, míticas. Nobles de Luna Malvada en megaarmadura, un destacamento del Sol Malvado, unos jinetes de jabalí de los Mordisco de Víbora… Todo tropas que tengo en casa, todas míticas, todas sin pintar. Así que tengo que ajustar la lista de 1k puntos, quitar tal vez esa segunda unidad de chikoz Goffs (que SÍ está pintada) y meter 500 puntos extras en la cola de pintado.
200 puntos (si llega) de mala leche y mal olor

Todo esto, para jugar dos partidas para tener por fin uno de mis ejércitos favoritos pintados.

Supongo que vale la pena el dedicar el verano a pintar pieles verdes…

En fin, ya os iré trayendo fotos de las minis, de las partidas y puede que hasta una crónica de la campaña.

Hasta entonces…

WAAAAAAAAAGH!!