viernes, 3 de octubre de 2025

[Eddie Cabot] Scabz -El juego que recicla más que tu... (Parte 1)

 "Los rumores acerca de mi muerte han sido ampliamente exagerados, no se me puede matar, no sé si por suerte o por desgracia, pero no se puede. Nací hace 500 años en una aldea escocesa aunque siempre he hablado inglés con acento español, y fui entrenado en el noble arte de la espada por un espadachín español que hablaba inglés con acento escocés.

De vez en cuando, sobretodo cuando viajo en transporte público, detecto la presencia de otro inmortal, entonces me dirijo a él con cara de loco peligroso y le digo que solo puede quedar uno antes de empujarlo a las vías del metro. Aunque tengo la precaución de esperar a que llegue el metro antes, por lo que solo los empujo dentro del vagón y me gano algún insulto pero evito el incurrir en un intento de asesinato.

No quiero ir a la cárcel, no siendo inmortal desde luego. Imaginad que me cascan una cadena perpetua. ¡No saldría nunca! Espera... ese de ahí tiene cara de inmortal... ¡Eh tu, pringao! ¡Solo puede quedar uno! ¡¡Eh, no corras!!"




Bienvenidos niños y niñas a la casa deeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee... y me he vuelto a quedar dormido encima del teclado. Voy muy cansado, pero juro que voy a recuperar mi sana costumbre de no dormir para volver a reencontrarme con el hobby.

Se acabó el dormir, se acabó el descansar. Vuelven las entradas molonas al blog, vuelven los retos de pintura, vuelve la depresión, el dolor de espalda, la paranoia y los cambios de humor repentinos. ¿Y sabéis que va a ser lo mejoooooooooooooooooooooooooooooooooo....

BABAS EN EL TECLADO

Esta semana después de rajar de cine malo en el podcast hablo con detalle del Scabz, un juego ambientado en el universo de Turnip28, donde barquitos de pesadilla se revientan a cañonazos los unos a los sobre un hediondo océano de aceite podrido. Si os llama la atención aquí podéis encontrar las Reglas


Para jugar solo necesitas una mesa de 90x90 cubierta con un tapete negro, algo para medir, dados de 6 y unas cuanta islitas con escombros o ruinas para tapar la línea de visión. ¡Ah sí! Y un barco hecho con una lata de conserva, altamente imprescindible para disfrutar de la experiencia Scabz.

UNA EXPERIENCIA QUE AUMENTA EL NIVEL DE MERCURIO EN SANGRE

Con lo que he tardado en ensamblar el puto barquito no sé si llegaré a pintarlo algún día, pero por algo se empieza. Lo primero es lo primero, viaje al súper a por una lata con el tamaño y la forma adecuada. Después de no mucho buscar, me vine para casa con pack de dos latas de caballa en aceite. Producto que no consumía desde hacía muchos años.


Después hay que conversionar la lata en bocadillo para acompañar al café con leche. Tal actividad despertó el interés de la señora Cabot en el proyecto. Poco acostumbrada a verme comer pescado tan pronto en la mañana, aunque lo que la convenció de que estaba liado con alguna de mis gilipolleces fue verme lavar y perfumar la lata.


No os voy a engañar, habría estado mejor un bocata de sardinas, pero se han puesto muy caras y ya llevaba demasiadas cosas en los bolsillos, no era buena idea mangar la lata. Tampoco os engaño si os digo que el pestazo a pescado tarda un par de días en marcharse por muy bien que limpiéis la puñetera lata.


Me había sobrado una tonelada de palitos de madera de cuando hice (pero no acabé) la mesa del Trench Crusade. Así que la cubierta es full madera, con algunos palos cortados y otros con una línea hecha apretando con con bolígrafo, para que los tablones parezcan más estrechos sin tener que matarme a cortarlos uno a uno.



Después de ver muchos barcos para el Scabz en google asumí rápido dos cosas, la primera es que el mío no iba a quedar tan bien, la segunda es que probablemente no juguemos jamás al juego. Así que mantuve en el lado sencillo de la fuerza. En este punto es cuando me debería haber vuelto loco pegando cosas a la cubierta... pero el loco que vive dentro de mí tenía mucho sueño esa noche.



El reto que  me marqué era el de usar el menos piezas a escala posible, hacerlo full-scratch o lo más scratch que fuera posible, así que el arma del barco la monté desde cero. Me hacía cierta gracia el ponerle el lanza-estacas, a nivel conceptial sobretodo. Pero era feo de narices, para que nos vamos a engañar. Al final lo cambié por un cañón de un Mule que tenía en la caja de restos.



Como estaba muy limpito, lo pinté un poco con masilla para madera, que después pintaré como roña/óxido. El resultado por ahora no me entusiasma, a ver si le cojo más cariño cuando esté pintado. De momento se va a quedar así hasta que pueda sacar tiempo para acabarlo, a ver si rasco alguna hora más de sueño este fin de semana.


No lo he bautizado todavía, pero se postula el nombre de "Orgullo de Sir Barry". Me queda otra lata de caballa todavía, quizás y solo quizás, este se quede como prototipo y haga un segundo barco más elaborado ahora que tengo una idea mejor de lo que quiero hacer. Pero tengo tanto que pintar, que no sé yo si me va a compensar pintar latas en vez de miniaturas... ya veré.

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En cuestión de unas pocas semanas, me he juntado con tres cadres de Warmachine, una banda de Shorks y las miniaturas del Patreon del Trench Crusade, todito para pintar. Sin contar todo lo que tengo colgado de MCP todavía y la amenaza del Konflkit 47 que se cierne sobre los viejunos.

Se abre la porra para determinar que me mata antes. ¿La falta de sueño o la marea gris?

Seguiremos informando.

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