"Cuando veo películas de artes marciales, o medievales, siempre les doy un segundo vistazo para ver que hacen los extras a fondo de la pantalla en las batallas masivas. Un coreógrafo cuidadoso les da instrucciones a los extras para que la acción tras el protagonista parezca lo más real posible. Con gente golpeando a gente que cae muerta, o con ataques y contraataques fluidos que de verdad hacen que parezca que todo el que está en la batalla en ese momento está peleando.
Pero un coreógrafo descuidado les dice "...que parezca que os pegáis". Y lo deja todo a la suerte. Por eso a veces los mindundis que están pegándose en el fondo de la pantalla detrás del héroe parecen niños jugando con espadas, o parece que están espantando moscas con las manos. Aunque mis favoritos son los que le enchufan a otro un golpe mal dado y paran para ver si le ha hecho daño, incluso para levantarlo del suelo.
Y con diferencia, los que más me gustan, son los que se olvidan de la coreografía y de repente se quedan solos y sin nadie que los mate. ¿Me salgo de plano como si hubiera visto a alguien a quien quiero matar? No, mejor me tiro al suelo como si me hubieran matado con telepatía. Y me retuerzo un poco a lo cucaracha, para darme realismo.
Claro que sí... campeón."
Bienvenidos niños y niñas a la casa de "...todo tiene un final, bitch". Se acaba el verano, se acaba el pelo de mi cabeza, se acaba mi paciencia con la humanidad, se acaba mi dinero y cambiando a algo más en la línea de lo que solemos tratar en el blog, se acaba la campaña de Oathmark.
Bueno, en honor a la verdad nos queda todavía una semana, pero ya estamos planeando algo para darle un descanso al Oathmark por una temporada. Y aunque le pusimos reglas, al final nadie ha contado los puntos de campaña, con lo que no sabemos quien va ganando. Lo que va a significar que esta campaña, como las campañas mundiales de James, va a acabar en empate.
TOTAL, TAMPOCO HABÍA PREMIO PARA EL GANADOR
Una constante en nuestras competiciones, nunca hay premio. Así no nos peleamos... Que va, sí nos peleamos. A cuchillo. Pero con los años nos vamos peleando un poco menos. Será que nos hacemos viejos y perdemos las fuerzas. O que como el buen vino, hemos madurado y no nos hemos vuelto rancios.
Domingo de Oathmark (sí, la entrada la empecé a escribir ayer). Y domingo de estreno, llevo semanas pintando Halflings como un monito y me apetecía estrenarlos. 42 de ellos nada menos. 20 Arqueros, 20 Lanceros, un Aventurero y un Mago.
Y esto es lo que me quedaba al inicio del 6º turno. El ejército de Antiqua me pasó por encima y me estuvo pisoteando un rato para rematarme. Jugamos batalla campal, contando puntos de victoria, sin reglas de escenario. Para ir más rápido y esas cosas. La partida no la llegamos a acabar porque me rendí al inicio del 7º turno. No hacía falta contar, yo le había matado al Sr. Azul sus unidades baratas y él a mi las más caras. Sin sacar la calculadora sabía que había perdido.
Cuando empecé a escribir el trasfondo del Reino de Greoria tenía claro que no iba a mezclar Humanos con Elfos, o con Orcos. No iba con lo que tenía en mente. Pero a media que avanzaba la cosa me fui aburriendo de pintar humanos y quería darle algo de variedad. Con lo que me acabé saltando mi propio lore.
Los puntos me daban para un mago de Nivel 1. Y como la Ciudad Halfling te permite desplegar uno, me pillé el de TTCombat que parece un Hechicero de Fuego del imperio. Cuando me puse a ello, ya no tenía claro si quería pintarlo de rojo, ni con llamas and shit, pero joder... una vez en mano es que era imposible resistirse.
Se acabó convirtiendo en Apius "El loco". Llamado así por su costumbre de hablar con las llamas, el amigo asegura comunicarse con una entidad a la que puede ver a través del fuego y que guía sus pasos. El hecho de que no conozca ni un solo conjuro relacionado con el fuego pone muy en duda sus palabras. Si logra encender algo, es previo untado de aceite para lámparas. Parecido a cierto sacerdote de Myr que bañaba la hoja de su espada en fuego Valyrio.
Unidad de lanceros. Sí, ya sé que llevan todos alabardas. Pero era eso o picas. Y las picas son un coñazo para transportar las miniaturas y para arreglarlas cuando se rompen. El único defecto que le encuentro a la matriz de Halflos de Wargames Atlantic. Es que aunque lleva 4 tipos de armas diferentes, en total tienes 16 de cada.
Con lo que no puedes armar a las 20 miniaturas igual. Y te toca conversionar alguna miniatura para ser el oficial, o el campeón, el músico, el portaestandarte. Que no me quejo, me encanta hacer conversiones, las dos filas delanteras de las unidades de Halflings tienen un aspecto muy interesante.
Las Gárgolas o "Ángeles de Ythis". Esta unidad estaba maldita desde el primer día. Me dio un trabajo bestial y no acabó con un aspecto decente ni después de repintarlas dos veces. Bueno, seguramente eso tuvo la culpa, tanta capa de pintura se cargó mucho el detalle.
No ha ido mal la cosa, calculo que tengo un 50/50 de victorias/derrotas en total. Lo calculo a ojo, porque yo por lo menos no he llevado la cuenta de lo que he ido haciendo. Pero por lo menos he podido jugar contra todo el mundo, aunque sobretodo he jugado contra No Muertos.
En total he amasado 13 territorios, siendo los últimos añadidos para meter variedad de tropa. Aunque inicialmente quería conseguir los que dan mejoras a las unidades. No están mal, pero me gusta pintar muñeguitos y meter más territorios me daba la excusa para ello.
La última adquisición ha sido una "Gruta Secreta Halfling", que los "okupas" que hay en Naman han encontrado bajo una piedra. Lo de tener Halflings patrocinados por Greoria en Almhorzar, no me acababa de convencer, como que tampoco me gustaba lo de los Halflings marchando de forma masiva a Greoria huyendo de Puerto Cebolla.
Tras hablarlo con el Sr. Marrón, llegamos a la conclusión de que era mucho más divertido que se hubieran ido colando poco a poco en los cargamentos que iban a Greoria y luego instalarse en las ruinas de la ciudad-estado de Naman. Un lugar al que los Greorianos no se acercan ni en broma, por su macabra historia, que tengo más o menos en mente, pero pendiente de desarrollar.
Y hasta aquí la tontada de today. La campaña la finalizo habiendo quemado bastante el juego, con más de 3.000 puntos pintados y con no tanto dinero gastado. Tirar de miniaturas de histórico, de juguetes, cosas de la caja de restos y de gamas alternativas lo ha hecho muy económico, en comparación de lo que me habría costado un ejército "full-james".
Ahora, a preparar la siguiente shit... seguiremos informando.
Hola.
ResponderEliminarHa sido divertido seguir la campaña de Oathmark. Con lo de los halflings, no sufras demasiado. Si el ultra xenófobo Imperio de 40k admite ratlings, es que esos tapones pueden acabar en cualquier sitio.
Como idea para nueva mierda, sugiero Gaslands. Es divertido, barato, rápido y personalizable. Tiene poco lore, eso sí, pero se le puede sacar partido fácilmente.
El "nuevo" Kill Team está bastante bien, por si queréis volver a 40k sin las cienes de carpas de reglas.
Un saludo. Gracias por vuestro trabajo.
Hola Uro. El Gaslands lo estudiamos en su día, hasta me hice un equipo de presidiarios, con tres buggies pintados de naranja "corredor de la muerte". Pero el formato no me acabó de gustar y no llegamos ni a jugar.
EliminarVamos a dar salto (o más bien retorno) al Sci-Fi. Pero el juego ya está decidido. De momento no adelanto nada, que no le quiero pisar su entrada al Sr. Marrón.
Un saludo
Ha sido un placer seguir la campaña que os habéis marcado. Se va a echar de menos.
EliminarIncreible campañote, me ha gustado mucho todaaaaaaaaaa la trayectoria, usasteis todos los manuales, incluso los no publicados en castellano?
ResponderEliminarOjalá un grupo de juego asi de majo, para darle salida a este juegazo y al exploradores.
De los escenarios, hemos jugado solo los del primer libro. Para la segunda parte de la campaña (si al final se materializa), queremos usar los de las expansiones. Aunque de reglas, hemos usado las del primer libro y el Oathbreakers.
EliminarPara la próxima campaña, yo por lo menos quiero probar los barquitos y las unidades de renombre (aunque sean un poco pestiño).