Buenas parroquia,
Pues sí, al final hemos conseguido jugar una partida a Saga AoM con todo pintado. Así que hemos hecho fotos (Eddie ha hecho fotos), hemos mirado el reglamento (mucho) y aún así hemos terminado la partida en 2h 30'. El resto de la mañana se nos ha ido en comentar lo caras que son las minis (en general) y como algunas compañías hacen baratas a otras...
Pero aquí hemos venido a explicar que ha pasado, así que dejo de enrollarme y paso a contar un poco como ha ido el tema...
Por cierto, respecto a las listas presentadas en los post ha habido pequeños ajustes antes de jugar. El Sr Rubio (yo mismo) ha llevado 4 furias, en vez de las 6 que pensaba que podía llevar, y el Sr Marrón ha cambiado la categoría de las alimañas de guerreros a guardias, con lo que ha quitado las ratas ogro.
Sobre las misiones, dado los textos que habíamos escrito parecía que estaba claro que la partida debía de tener relación con el Portal de Slaanesh, así que le hemos dado unas reglas de estructura al mismo, lo hemos puesto en medio de la mesa, y ¡a jugar!
Sí, la mesa es un poco más pequeña de lo que tocaría... ^^U |
Espera, Sr Rubio... ¿qué reglas le habéis puesto?
Vale, voy a explicaros el acuerdo al que hemos llegado. El Sr Marrón tenía que conseguir que el portal acumulase 5 puntos de fatiga. Para ello, podía atacarle como si fuera una miniatura más, con Arm 5(5). Y para que la partida no acabase muy rápido, el Sr Rubio podía quitarle fatiga gastando un dado de Saga para "activar" el portal y hacerlo "descansar".
Si al final del turno 6 el portal seguía "vivo", ganaban los demonios, que por fin encontrarían una pista fiable sobre su señor. Si era destruido, ganaban las ratas, que habían salvado al mundo una vez más... sin darse cuenta.
Skavens listos para salvar el mundo |
Vamos allá con los despliegues:
Sr Rubio: La verdad es que no me compliqué mucho. En el centro mis héroes, en los extremos mis unidades más móviles (las criaturas lagarto-pollo, los bárbaros cazadores y las furias). Y la escenografía propia de mi facción, el Portal Inestable, que iba a tener un papel principal en la partida y estaba, por tanto en el centro de la mesa (creemos; ni nos planteamos medirlo xD).
Culitos slaaneshi |
Sr. Marron: Bien-bien, en este escenario además utilizábamos reglas de escenografía de facción, para mí el cráter del lateral era una salida por la que yo podía salir del elemento con escaleras de la derecha de mi zona de despliegue. La morralla en un lateral con el señor de la guerra apoyando, y un equipo de apoyo, el centro la Rueda de la Muerte, y a su derecha, la creme de mi ejército, que iría enviando para atacar el flanco a través de la entrada de túnel que tenían delante.
Turno 1
Sr. Marrón: aunque disponía de menos dados de SAGA, utilicé la habilidad de Orden de Batalla, con un par de dados, conseguí avanzar todo el flanco izquierdo, para luego con acciones gratuitas hacer disparar la ametralladora contra esa especie de Loros Reptilianos que tenían delante. En el centro la Rueda Avanzó y descargó sus rayos contra el portal, causándole bastante daño.
Turno 2
Sr. Marrón: Los malditos bichos enplumados cargaron a mi arma de apoyo y la destruyeron (evidentemente) dejándoles blanditos para que mis levas les atacasen, sin mucho resultado, porque fueron rechazadas. Perdiendo la Rueda, decidí colar a los Lanzadores de Viento a través del túnel, que diezmaron la unidad de Loros Asesinos del Señor Rubio. Mientras los Guerreros Alimaña avanzaban para enfrentarse al Príncipe Demonio, desgraciadamente no calculé bien los dados, y tiré con la mitad de ellos, siendo un desastre...
Turno 3
Sr Rubio: Con el cañón principal del Sr Marrón fuera de juego, estaba exultante. ¡Los demonios iban a ganar! En este turno me dediqué a cargar con todo lo que podía, olvidándome un poco de las tropas que se estaban quedando atrás... Los cazadores quisieron demostrar que eran dignos de los favores del Principe Oscuro, así que cargaron también (además, son mejores cargando que aguantando cargas...).
Sr. Marrón: con ayuda del Vidente que sufrió (o lo hizo ver) una disfunción mágica, le añadió el hechizo de violencia a los Alimaña a nivel máximo, cargando los restos de éstos contra el Príncipe Demonio y vendiendo cara sus vidas. Las levas del centro cargaron al portal, sin conseguirle hacer daño, pues estaban distraídos con las luces de neón, la purpurina y los tentáculos rosas. Los lanzadores de viento sufrieron el acoso de los cazadores (bárbaros con un gato que se había pasado con el whiskas) y las arpías. El Señor de la Guerra cargó al Príncipe Demonio, pero aún así, no conseguía vencerlo. Y quedó rechazado.
Primero las furias... |
Y luego los cazadores. No quedó mucho de esas ratas |
Duelo de titanes. Más o menos. |
Turno 4
Sr Rubio: En este turno descubrí que los demonios tienen una habilidad para teleportar tropas por el campo de batalla, por lo que decidí mover una de las unidades de diablillas de mi zona de despliegue a la del Sr Marrón. Aquí Eddie levantó la cabeza y pronunció una de sus frases lapidarias: "estáis jugando a fantasy sin jugar a fantasy". Ante el poder descarnado de la VERDAD solo pudimos decir una cosa: "Sí.". Porque, y ahora sin coñas, mi ejército de diablillas se portaba igual que el ejército del 40k. Veloces, poderosos a la carga pero frágiles, y con posibilidades de redespliegues guarros. Iguales que jugando a 9a del 40k, la verdad.
Por cierto, que mirando bien la tabla vi que esa unidad de diablillas que acababa de teletransportar podía vomitarles icor/ácido/otros fluidos coroporales de gratis, así que se levantaron el faldón y le hicieron un calvo a las tropas skavens que estaban allí... los pobres skavens se traumatizaron un poco, pero no hubo muchas más consecuencias.
Sr. Marrón: la cosa pintaba mal. Tenía una unidad de diablillas en mi zona de despliegue, que les lanzaba besitos al grupo de apoyo; el Gran Demonio que andaba a sus anchas, también por ahí, a lo Toni Manero, y a mí sólo me quedaban Levas que no conseguían hacer nada mientras eran devorados (muy felices) por los tentáculos del portal, mientras mi Señor de la Guerra pensando en lo bien que se estaba en su trono subterráneo. Todo esto lo observaba el Vidente Verk, desde el borde de la mesa, casi diría, con una sonrisa.
¡Sorpresa! |
Turno 5
Sr Rubio: ¡Esto pintaba bien! El Señor de la Guerra Skaven no parecía ser capaz de derrotar a mi Príncipe Demonio, así que solo tenía que ir limpiando la mesa para evitar sustos y la partida sería mía... ¡Un turno más y listo!
Sr. Marrón: Las levas hicieron cargas "heroicas" a los restos de unidades de Guerreros (los Cazadores y Arpías), en algunos casos siendo derrotados, pero dejando paso al Señor de la Guerra, que a grito "Dejadme, inútiles, ya lo hago yo", reventó lo que quedaba del portal. Ganando "in extremis" la partida.
Tal y como la demoníaca estructura del portal colapsó, todas las criaturas del campo de batalla quedaron aturdidas y derribadas, por una oleada de placer y dolor.
El Vidente Verk se levantó del suelo, y se expulsó los restos de tierra y polvo de purpurina de su túnica, miró a lo lejos como restos de los guerreros del Clan se levantaban y se organizaban. De los cosa-demonios, no había ni rastro. Tampoco de Orrretch.
El anciano avanzó con paso enérgico, dando órdenes a los Guerreros del Clan, ahora mandaba él, y lo hacía con un brillo alegre en los ojos, era momento de demostrar quién era el jefe aquí, tocaba un poco de teatralidad y....
Detrás suyo, parte de lo que eran los restos del portal se movieron, y de entre las ruinas, salió Orrretch, con la armadura algo corroída, pero con el rostro lleno de enojo, empuñaba sus dos armas todavía listo para el combate, y miraba al sorprendido Vidente.
- Qué bien, que el señor Orrretch siga vivo. Alabada sea la Gran Cornuda, larga vida al Señor de la Guerra -se apresuró a gritar, mientras vio como el caudillo relajaba su postura, y murmuró para sí mismo, entre dientes- Por esta vez.
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